Hola a todos!,
Siguiendo con el momento en el que estamos de pretemporada y nuevos comienzos por aquí en España, quiero compartir con vosotros este artículo que reflexiona y comparte de una forma muy personal y enriquecedora, 10 claves a plantearse a la hora de enfrentar una nueva temporada. Veréis que comienza hablando de la situación si fuera en un nuevo club, pero yo creo que es interesante que nos planteásemos estas cuestiones siempre.
No dejéis de revisar las normas que propone para crear una disciplina y cultura de equipo. Son geniales!
Nada más que agradecer a Marcos Emilio el compartir con nosotros esta reflexión y que esperamos haya muchas más en este blog!
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Abrazos,
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En este momento me encuentro en las vísperas de comenzar una nueva temporada en mi club, en el cual ya llevo 3 años. Existen muchas cosas que, gracias al tiempo que he estado allí, ya conozco. Quiénes son los jugadores y mi relación con ellos, quiénes son los dirigentes, cómo es el club, qué se pretende de mí tarea y de los jugadores, quiénes son mis colegas y cómo me relaciono con ellos profesional y personalmente, entre otras tantas cosas.
Pero me puse en la piel de un gran amigo y colega por un rato, que va a comenzar la temporada en un lugar nuevo. Comencé a recordar en lo que pensaba y las cuestiones que fueron surgiendo cuando me tocó a mi, en un par de oportunidades, cambiar de club. Y también, en qué me generaría hoy estar en dicha situación.
Y se me ocurrió hacer una lista de puntos importantes (desde mi óptica) para tener en cuenta en el inicio de la temporada. Varias que se deben tener en cuenta lleves 10 años allí o solo horas. Salvo la primera, luego no siguen un orden particular, todas son importantes y se pueden dar al unísono o en diferentes momentos.
Lo primero es observar.
A veces nuestras irrefrenables ganas o ansiedad nos hace saltar directo a lo que tenemos pensado para el equipo, pero no podemos diseñar algo para alguien que no conocemos o no hemos visto. Por eso, el primer entrenamiento sirve de análisis de los recursos humanos de los cuales disponemos. Miguel Martín dijo en el CESN3 2015 algo así “el buen entrenador da el primer entrenamiento desde la tribuna”, y no podría estar más acertada esa oración. Debemos dedicarnos a observar que cualidades y que deficits tienen nuestros jugadores y elaborar estrategias para desarrollarlos. Confeccionar una planilla para hacer observaciones de cada uno de ellos o de cuestiones generales importantes a tener en cuenta sería de extrema ayuda. Otro recurso importante sería filmar la práctica, para evitar que se escape algún detalle, además, siendo sinceros, es difícil prestarle suma atención a un grupo numeroso.
También, a través de este análisis inicial comenzaremos a visualizar cuestiones extra basquetbolísticas. Por ejemplo quienes son más extrovertidos y quiénes más callados en el equipo, cómo responden a los errores los jugadores, cómo reaccionan ante las correcciones, de qué manera prestan atención a lo que decimos, entre muchas más. La cantidad de información que nos da sólo observar es importante, por eso también es clave tomar lo necesario, lo útil y comenzar a trabajar a partir de ello. A medida que pasen los días o semanas podremos conocer más a fondo todo lo que rodea al equipo. La observación es algo que debemos conservar a lo largo de la temporada.
2. Objetivos
Es claro que tenemos que tener una dirección, saber hacia dónde vamos. Pero al tener varios aspectos de la misma tarea es un poco más complejo que pensar en “ganar X cantidad de partidos”.
Entonces podríamos pensar en objetivos deportivos de equipo (un récord, llegar a los playoffs, estar entre los 4 mejores, estar en la final, etc); por otro lado existen los objetivos deportivos individuales de cada jugador (y de los cuáles no podemos desentendernos) como por ejemplo: cambiar de posición en el juego, desarrollar nuevas herramientas, hacer más aportes en defensa o en ataque, tener más minutos de juego, etc. También podríamos pensar en objetivos extra deportivos individuales o colectivos, por ejemplo en el primer grupo lograr una mejor relación con X jugador, incrementar la confianza entre el cuerpo técnico y algún jugador, aumentar el feedback positivo y constructivo, etc. En cuanto a lo grupal, podríamos tener como meta construir “la cultura” del equipo (en el punto 3 se explica), mejoras las relaciones de los jugadores entre sí, aumentar la resiliencia del equipo, etc.
Cualquier objetivo implica un acuerdo con el otro por lograrlo, tanto en los grupales como en los individuales de cada jugador, estos últimos es de suma importancia conocerlos para poder ayudarlos a cumplirlos o, también, sugerir algunas modificaciones porque no siempre van de la mano con lo que es conveniente para el equipo.
Si los involucrados tomaron parte del diseño de la meta a perseguir, el compromiso será mayor y duradero.
3. Reglas de equipo y contruyendo una cultura
Comenzar con todo claro es algo que no deberíamos obviar, para ello una pequeña reunión de equipo o una hoja informando las cuestiones más importantes sería acertado, de manera de establecer claramente todo lo referido a los entrenamientos y partidos.
Algunos temas comunes o recurrentes podrían ser:
- Puntualidad
- Silencio cuando el entrandor habla, y cuando un compañero toma la palabra.
- Avisar en caso de no asistir al entrenamiento o partido.
- Indumentaria
- Viajes (horario que deben presentarse, indumentaria, equipaje)
- En caso de lesión, hacerse presente (de ser posible) en el entrenamiento.
Estas son sólo unas pocas de temas muy generales; luego cada uno le agrega o quita aquellas que se ajusten al club o al grupo. El objetivo es generar hábitos que sean comunes a los integrantes del equipo y permitan el correcto desarrollo de las prácticas y partidos, y todo lo que rodea a estos.
Por otro lado, al generar estos hábitos (o no) se va construyendo la “cultura” del equipo. Con este término me refiero al conjunto de costumbres, reglas implícitas y explícitas que comparten los miembros del equipo, las cuales se respetan, defienden y directa o indirectamente moldean los comportamientos dentro de éste. A partir de ésta idea se generan un nuevo conjunto de ítems a tener en cuenta para poder construir la cultura del equipo, por ejemplo:
- Todos se saludan al llegar (parece algo muy básico, pero en algunos equipos pasa)
- Comenzamos el entrenamiento todos juntos y lo terminamos de igual manera.
- Dentro del entrenamiento o juego, cada vez que se genere una acción buena para el equipo, por ejemplo un lanzamiento convertido, aquel que lo realizó debe “chocar la mano” al compañero que le pasó la pelota o, si está lejos, señalarlo en forma de agradecimiento. (Esta regla la tienen las selecciones de Estados Unidos y en los entrenamientos si no la llevan a cabo deben cumplir un castigo)
- En los partidos cada vez que un jugador es substituido, debe “chocar la mano” con el entrenador y compañeros (algunos equipos también se ponen de pie cada vez que hay una substitución para saludar al jugador que sale de la cancha)
- Al final de cada juego o entrenamiento se hace un saludo general entre todos los miembros del equipo, sin importar el resultado o cómo se ha desarrollado el mismo.
- Cada vez que un jugador cometa una falta debe levantar su mano reconociéndola, sin importar que esté de acuerdo con el fallo del árbitro o no.
- Cualquier miembro del equipo al cometer un error y darse cuenta del mismo debe reconocerlo con un gesto o con alguna palabra (incluido el entrenador)
Se podría pensar en muchas más, pero éstas son bastante comunes. Ahora bien, tener todas estas reglas no quiere decir que nuestro equipo va a ser justo como nosotros lo pensamos. Pero, ellas son una herramienta importante para darle a los jugadores un comportamiento adecuado a las situaciones que van a vivir en el día a día. Lo central, igualmente, es que a pesar de que tengamos muchas reglas, estas deben estar apoyadas en los valores que nosotros creemos importante y que predicamos todos los días. Sin ellos, cualquier directriz que se imponga quedará obsoleta en cuestión de tiempo.
4. Está bien dudar. Está bien sentirse incómodo.
Aunque el Básquet es el mismo, estar en un lugar diferente nos despierta ciertas sensaciones que a veces nos pueden perjudicar. La explicación viene de nuestro instinto: nuestro cerebro trabaja bajo una gran demanda de energía, por lo que ahorrarla para “emergencias” es vital. Para ello, todas las cuestiones que son cotidianas el cerebro las programa para realizarlas sin reparar demasiado en ellas (desde cómo nos cepillamos los dientes hasta cómo nos desenvolvemos en el ambiente en el que nos encontramos diariamente). Entonces cambiar de lugar de trabajo (por más simple que sea el cambio), rodearse de gente que no conocíamos, en ámbitos diferentes y horarios diferentes, hace que el rey del sistema nervioso te invada con impulsos para que te alejes de ello y vuelvas a la comodidad y al ahorro de energía. De ahí nacen las dudas, la incomodidad.
Claro que es sólo el inicio, luego entrará en juego nuestra auotestima, seguridad, etc. Pero el punto es que esto es algo sumamente normal. Y debemos interpretarlo de manera positiva: nuestra cabeza nos dice que tengamos cuidado porque estamos haciendo algo nuevo y esto seguramente nos traerá crecimiento, aprendizaje y nuevas experiencias. Si podemos superar la turbulencia incial de salir de la zona de confort, estaremos encaminados a algo sumamente valioso.
5. Diversos medios para un mismo mensaje
Al estar en un lugar nuevo, seguramente tengamos muchos mensajes que dar explicita o implicitamente. Y, con el tiempo, descubriremos cuáles son los medios más efectivos para el equipo o para cada individuo. Pero como recién comenzamos, tratar de cubrir todo el terreno posible nos facilitará la tarea de repartir dichos mensajes por todos los rinconces y a todos los jugadores. Gracias a la tecnología, redes sociales y a nuestras ganas y paciencia; se pueden pensar en muchas formas de enviar la información que deseamos. Lo importante está en atacar los dos sentidos que prácticamente dominan la repeción de la información: el oído y la vista. Entonces no solo mostrar cuestiones en la cancha es una forma, sino que enviar gráficos por el teléfono, colgar afiches en el vestuario o en el gimnasio, editar videos con el contenido que se esté entrenando, sugerir lecturas, compartir un artículo en alguna red social, etc. Diversas formas que hacen que los jugadores tengan al alcance de la mano lo que su entrenador quiere inculcarles. En cuanto a la escucha, también podemos hacer muchas cosas, como por ejemplo explicar de manera individual o grupal ciertas cuestiones, enviar audios por el whatsapp o el Facebook, hacer un breve “podcast” junto con algunas imágenes para comunicar una idea, una llamada por teléfono nunca viene mal, practicar ejercicios de visualización en los cuales el jugador trata de imaginar con mucho detalle una situación o acción que el entrenador le explica, entre otras.
Vale aclarar que esto no nos garantiza nada, tenemos un mar de información con solo abrir nuestro explorador de internet, pero no todos lo utilizamos para todo el tiempo aprender algo nuevo o ahondar en nuestros conocimientos. Debe existir un generador de esa curiosidad o ese deseo por aprender y en parte es responsabilidad nuestra. En el post “cómo transmitir el mensaje” escribía sobre cómo debemos tener en cuenta varios factores para poder hacer que la comunicación fluya y llegue a destino la información.
6. Hacerse tiempo para conocer a los jugadores.
Este punto creo que puede ser el más satisfactorio de nuestra tarea, especialmente si estamos trabajando en las categorías de formación. ¿A qué me refiero con “hacerse tiempo”? cruzar algunas palabras en los descansos de un entrenamiento o en el post partido no creo que haga que conozcas a un jugador. Por eso debemos dedicarle tiempo a lo humano y no solo a lo deportivo. A veces parece que lo único que conocemos de nuestros jugadores es su porcentaje de cancha, cuántos rebotes toma por juego o si le gusta tomar tiros de 3 puntos de las esquinas o del eje. ¡Y nos estamos perdiendo lo más importante!
Tener conocimiento de la persona, hará que nuestra confianza aumente, que los canales de comunicación estén constantemente abiertos y ambas cosas crearán una sinergia que nos permitirá ir por el objetivo deseado. Entonces, hay que hacerse tiempo para conocer a nuestros jugadores. Reuniones individuales o grupales, llegar un buen rato antes a las prácticas para charlar con ellos, irse un rato después de las mismas para quedarse hablando con alguno que desee del tópico que quiera. Y al hacerlo no solo daremos inicio a lo descripto algunos renglones arriba, sino que podremos comprender mejor lo que pasa en el juego, o cómo le viene mejor una corrección a cada uno, o por qué en los entrenamientos algún jugador es pésimo pero en el partido explota, o al revés, qué le interesa, qué desea, cómo quiere ser tratado y qué botones presionar para motivarlos. Pero por sobre todas las razones, lo hacemos porque son con los que trabajamos, con las personas que pasamos más tiempo (muchas veces) que con nuestra familia o amigos. Entonces sería descabellado no tener vínculo con alguien que ves todos los días y con el cual vas a intentar lograr ciertas metas. Está comprobado por muchos estudios de que el ambiente laboral es mejor y los individuos son más productivos cuando se sienten cómodos y con una buena relación social con sus compañeros y jefes. Y esto último suena mucho a la empresa, pero hace tiempo que nos hemos dado cuenta que los equipos deportivos y las empresas comparten mucho de su dinámica.
Por último, personalmente opino, que el entrenador que domine tanto lo específico (técnica, táctica, entrenamiento, estrategia) y que pueda generar ese vínculo con sus jugadores, confianza, respeto; tendrá siempre la ventaja por sobre aquel que solo domine uno de esos aspectos. Y también, aquel que genere esos vínculos genuinamente y no sólo por conveniencia tendrá aún más ventaja.
7. Roles
Esta es una cuestión a veces problemática, todos saben que no podemos tener a varios que cumplan la misma función. Es como si tuvieramos que construir una casa y solo tenemos un grupo de arquitectos para hacerla; vamos a necesitar obreros, plomeros, electricistas, pintores, decoradores, etc. Esta analogía parece tonta pero es certera: para lograr el objetivo debemos repartir las tareas, y todas son igual de importantes. El problema es que no todas son iguales para los jugadores, el que hace más puntos o el que más minutos juega usualmente es el lugar que todos quieren tomar y es lógico. Ahí es donde entra nuestra capacidad de explicar, nuestro entendimiento de la tarea y nuestras habilidades de “vendedor” (que no quiere decir que seamos como los vendedores que usan estrategias para aprovecharse de los consumidores, sino más bien, ser aquel que sabe qué necesita o qué se ajusta mejor a cada comprador). Entonces debemos tratar mediante el diálogo, la planificación de objetivos individuales y el feedback que nos den los jugadores para que las tareas se comprendan, se adopten, se respeten y se ejecuten. Parece simple pero no lo es en absoluto. Todos los roles cuentan y son igual de importantes.
Claro está que la tarea se adapta a las fortalezas de cada individuo, potenciando lo que mejor le pueden aportar al equipo. Dichos roles no necesariamente se mantienen fijos, algunas ausencias, momentos de la temporada o situaciones técnico-tácticas pueden modificarlos.
8. ¿Para qué? ¿Por qué?
Los entrenadores tenemos tanta información en la cabeza que ,muchas veces inconcientemente, creemos que los jugadores también. No digo que ellos no sepan lo que nosotros sí, pero en varias oportunidades pensamos que todo lo que estamos contemplando desde afuera, coincide con lo que ven ellos. Entonces, se genera lo siguiente: el entrenador enfatiza sobre algo importante, que es claro y que ayudará de determinada manera; pero no es lo mismo que está viendo el jugador. Falta la razón, la explicación que pondrá a ambas partes en la misma página. No es sólo explicar por qué vamos a defender de tal o cual manera el poste bajo, va más allá: para qué le sirven a los jugadores diversos ejercicios, qué finalidad perseguimos con tal corte o movimiento, para qué sirve estar un metro más allá, o un metro más acá, para qué nos sirve entrenar de una manera u otra, de qué manera nos ayuda a conseguir nuestro objetivo, etc.
No es cuestión de estar explicando el por qué de todo en cada momento de juego o entrenamiento, pero sí es importante hacerlo de las cosas que creemos de gran importancia. Si ambos lo entienden, lo razonan, lo adoptan y da resultado será una herramienta poderosa. Entonces no debemos escaparle a justificar lo que realizamos. Además contribuimos a fomentar el entendimiento del juego por parte de los jugadores, mientras más sepan, de más información disponen para solucionar los problemas del juego o para resignificar lo que está sucediendo o lo que están viendo.
Por otro lado, abre la puerta a la construcción de algo mejor. Si solo imponemos y no explicamos y escuchamos las respuestas de los jugadores, no podremos llevar al máximo lo que estamos haciendo.
9. Sobrevolar las interrelaciones
En el punto 6 decía que debemos invertir tiempo en crear relaciones con los jugadores, pero no sólo termina allí el tema. También aún más importante en ciertas circunstancias son las relaciones que tienen entre ellos los miembros del equipo. Pareciera implícito que la mayoría de los problemas de desacuerdos o malas relaciones se producen entre los jugadores y los entrenadores, se creería que es lo más normal, que son dos islas separadas unidas por un inestable puente de soga y madera como en las películas.
Sin embargo entre jugadores también existen numerosos conflictos, y en algunos el entrenador puede tomar cartas y en algunos lamentablemente no. Por lo que para prevenir esto, el Coach puede “sobrevolar” lo que pasa entre los jugadores. Con esto me refiero a tener conocimiento de cómo son dichas relaciones y respetuosa y directa o indirectamente intervenir en ellas si existiera algún problema. Por las mismas razones que explicaba en el item 6, un buen ambiente genera un marco mucho mejor para el desarrollo y el cumplimento de los objetivos.
Si pretendemos que todos los jugadores sean grandes amigos seguramente tendremos muchos dolores de cabeza. Pero si podemos velar por que se mantengan en un buen nivel de cordialidad y respeto, y esto será suficiente como para que el ambiente sea el indicado.
10. Encontrar la motivación de cada día
La temporada es larga y es normal inmerso en el vértigo de la misma perder el norte. Por eso en el comienzo es tan importante hacer foco sobre lo que nos motiva para generar disparadores de los cuales podemos disponer más adelante en el año. Algunas preguntas clave que sus respuestas nos pueden servir de “motivadores”: ¿Por qué estamos acá? ¿Cómo podemos estar más cerca de nuestro objetivo hoy? ¿Somos mejores que ayer? ¿Cómo lo hicimos? ¿Para qué nos sirve lo que vivimos hoy? ¿Qué cuestiones debemos aprender para superarnos? ¿Cuáles obstáculos sorteamos hasta hoy? ¿Qué nos llevó a ganar hoy? ¿Para qué nos sirve esta derrota?
Existirían muchísimas más, lo importantes es mantenerse enfocado en el objetivo y también, creo fundamental, poder disfrutar del viaje. Lamentablemente tendemos a pensar en que si logramos el objetivo o no es lo crucial, y en realidad lo que pasa en el medio es lo que más nos enseña, nos llena y nos genera recuerdos. Todos nos acordamos de aquel partido que ganamos por 1 en el ultimo segundo, o aquella final que se nos escapó. Pero en realidad, lo que más nos genera algo grato son los esfuerzos en equipo, la ilusión de los nuevos comienzos, la superación individual y colectiva, el cariño y apoyo de los compañeros en una derrota. Al fin y al cabo buscamos sensaciones en la vida, y creo que ellas se viven mucho más en el “proceso” que en el final.
Espero que alguna de estas 10 cuestiones sirva para los que estén por comenzar, como digo siempre: son útiles para incorporarlas o para leerlas y decir “no las comparto, prefiero lo mío”. Sea cual sea el resultado, gracias por tomarse el tiempo de haber leído hasta aquí. Buen comienzo para todos los colegas, y para los que trabajan en el otro calendario, buena segunda etapa!
Marcos Emilio (@CoachMeBasket)
Origen: 10 cuestiones a tener en cuenta para un nuevo comienzo – Coach me basketball
¡1, 2, 3...P.A.R.E.D.!
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