Reflexiones sobre el Estilo de Juego en Baloncesto: Confianza en la creatividad de nuestros jugadores

En este artículo, exploraremos reflexiones sobre el estilo de juego en el baloncesto, apoyándome para ello en mi propia concepción acerca de lo que es un estilo de juego, así como de las experiencias que me han servido para ir perfilándolo.

A continuación, presento el resumen con los puntos clave y posteriormente podréis encontrar el desarrollo completo de cada punto:

  1. Materia prima del equipo:

    • Al definir un estilo de juego, debemos considerar la materia prima que tenemos en el equipo: los jugadores y sus características.
    • El entrenador debe evaluar las habilidades y debilidades de cada jugador para determinar si se ajustan al estilo deseado.
  2.  

  3. Entorno y exigencias:

    • El entorno en el que nos encontramos afecta a los jugadores. Debemos ser conscientes de su contexto personal y emocional.
    • Las exigencias de la directiva o el director deportivo pueden variar según el club y la categoría.
  4.  

  5. Estilo de juego rígido vs. flexible:

    • Al diseñar un estilo de juego, debemos decidir si será rígido (basado en normas y acciones concretas) o flexible (donde los jugadores tienen protagonismo y creatividad).
    • Los sistemas rígidos pueden limitar la originalidad de los jugadores, mientras que los flexibles fomentan la creatividad.
  6.  

  7. Evolución y confianza:

    • Apostemos por la desregularización y la confianza plena en nuestros jugadores.
    • Enseñar fundamentos básicos ofensivos y permitir libertad de juego puede ser más satisfactorio y efectivo que sistemas rígidos.

¡Vamos con la versión extendida!

1. Materia prima del equipo

A la hora de definir un estilo de juego debemos considerar inicialmente la materia prima que tenemos en el equipo, es decir, a todos los jugadores y las características que ellos presentan, sobre todo si tenemos la responsabilidad de escoger qué jugadores van a quedarse dentro del equipo.

Resulta evidente que cualquier entrenador con una idea concreta hará más hincapié en unos factores que en otros y verá en lo que realmente es bueno (o podría llegar a serlo) cada jugador concreto, decidiendo en base a ello si se ajusta a lo que busca en cuanto a estilo de juego o no.

Me gustaría hacer un inciso en este punto y dejar claro que no debemos basar una decisión de este tipo en si el jugador hace bien X cosa o no, sino en lo que realmente tiene más dificultades y en las posibilidades de reducir esta deficiencia. Por ejemplo, podemos contar con un jugador muy incisivo a aro en sus penetraciones y con un gran tiro, pero que, sin embargo, no defienda mucho, en cuyo caso deberemos valorar si realmente contamos con él o no.

Esta decisión dependerá de la capacidad de mejora que le veamos al jugador en este aspecto. Ojo, puede que tenga un amplio margen de mejora, pero quizás no tenga la motivación, ganas o interés suficiente como para querer mejorarlo, algo que tendremos que apreciar antes de decantarnos por contar con él en detrimento de otro que, aunque no te dé la cantidad de puntos que te pueda dar éste, al menos te propone un mayor equilibrio en el cómputo general de aprendizaje.

2. Entorno y exigencias

En segundo término, debemos analizar el entorno en el que nos encontramos, así como las exigencias por parte de la directiva o el director deportivo.

Normalmente, en la realidad en la que yo vivo a nadie se le va a echar por no obtener resultados, fundamentalmente porque lo que realmente se busca es la formación del jugador tanto en valores deportivos como en conocimientos del juego. Por este motivo, las posibles exigencias por parte de la directiva o del director deportivo se ven ciertamente empañadas. Lo que en absoluto se ve empañado es el entorno en el que nos encontramos.

Con respecto al entorno, debemos ser conscientes de que todo lo que rodea al jugador les afecta, debiendo mostrarnos cercanos a él si realmente apreciamos que se encuentra perjudicado por algo (estudios, rupturas amorosas, etcétera). El entrenador no puede ser una ameba completamente alejada del sentimiento de sus jugadores. Seamos conscientes de que no son robots, sino que son personas y, cómo personas que son, sufren, se divierten, se frustran, etc… Por tanto, dejemos claro que nunca debemos dar la espalda a ningún jugador, debiendo mostrar siempre interés tanto en los pensamientos y emociones del jugador estrella como en los del último hombre en rotación.

3. Estilo de juego: Rígido vs Flexible

Llegados a este punto, considero oportuno aparcar la filosofía de los anteriores párrafos y centrarnos en el estilo de juego propiamente dicho.

Lo primero que debemos determinar a la hora de decidir un estilo de juego es si este será rígido, es decir, basado en unas normas y acciones concretas o flexible/variado, donde el papel protagonista lo adquieren los jugadores y su creatividad.

Aportaré un caso concreto para cada uno de ellos basados en mi experiencia e invitando a que se reflexione sobre ello destacando que, para no extenderlo en exceso, nos centraremos en el análisis del estilo de juego ofensivo en estático.

Cabe destacar que no existe un estilo mejor que otro y, para aclarar esto, me apoyaré en las palabras de Cuspinera en uno de sus clínics, quien venía a comentar que los entrenadores somos como los arquitectos, dado que somos nosotros quienes decidimos el tipo de construcción (estilo de juego) que queremos diseñar:
– los hay que querrán construir un rascacielos (sistemas complejos con bloqueos directos e indirectos),
– otros una cabaña de campo (sistemas más basados en la creatividad del jugador),
– otros un adosado (sistemas intermedios), etcétera,

lo realmente importante es saber qué queremos edificar teniendo diseñados los planos y estando listos para la obra.

En mis inicios en categorías altas era muy partidario de aplicar sistemas rígidos, sistemas que no hicieran pensar a los jugadores, sin necesidad de bloqueos, pero sí limitando la acción y creatividad de los jugadores. Muestra de ello serían las siguientes acciones que planteaba en años anteriores y que deberían ser trasladadas a pista exactamente igual a como las dibujaba:

La rigidez obvia que ofrece esta forma de juego lleva a que, pese a hacer una clara referencia a movimientos básicos ofensivos, no suponen un reto ni una motivación extra para los/as jugadores/as dado que todos/as ellos/as se encuentran encorsetados a jugar tal y como aparece dibujado, no existiendo la posibilidad de que sean originales o que busquen cosas distintas.

Hoy en día me sorprendo de la cantidad de personas que siguen optando por este tipo de planteamientos cuando sus jugadores no conocen fundamentos básicos necesarios dentro de cualquier juego ofensivo como son hand-off, split, low post o backdoor, por mencionar algunos. Por tanto, como acabo de mencionar, considero que únicamente deberíamos optar por este tipo de sistemas cuando los jugadores entienden, comprenden y conocen a la perfección absolutamente todas las variabilidades que se pueden dar en una jugada concreta que les plantamos en función de lo que les haga el defensor.

En definitiva, yo sólo optaría por la realización de jugadas cuando mis jugadores realmente tuvieran un conocimiento pleno acerca de las lecturas existentes en diferentes situaciones ofensivas como las ya mencionadas (hand off, low post…).

Una muestra muy clara del porqué de esta decisión me ha sucedido este mismo año en partidos de categoría de mayores y es que, por medio de la realización de un buen scouting, se consigue frenar a un gran número de equipos a consecuencia de que la lectura ofensiva de los mismos se encuentra muy encorsetada y, por ende, es de un carácter más bien pobre, pudiendo ser fácilmente frenados una vez detectas e impides las dos (como mucho tres) opciones de pase que se generan con la acción siendo esto una misión muy fácil dado que, ante el escaso conocimiento del juego por parte del deportista, siempre va a salir a recibir al mismo sitio, no siendo efectiva la acción.

4. Evolución y Confianza

Por tanto y a modo de conclusión, recomiendo en base a mi experiencia que, cuanto menos encorsetemos a los/as jugadores/as y más apostemos por su creatividad, mayor conocimiento del juego adquirirán dado que, de lo contrario, estaríamos generando autómatas que sencillamente reproducen una y otra vez lo que nosotros les dibujamos.

Mi línea de trabajo en lo que va de año ha sido enseñar fundamentos básicos ofensivos, como los ya mencionados y dejar total y absoluta libertad de juego en base a ellos, puede ser muy osado porque normalmente no tienes ni idea de lo que van a realizar (y probablemente los jugadores sin balón tampoco lo sepan), pero siempre va a resultar más satisfactorio debido a que los jugadores/as tienen unos básicos en cuanto al movimiento sin balón y saben dónde tienen que estar colocados en función del balón, de su defensor y de lo que se esté jugando en ese momento en su lado (un split, un hand-off, etcétera).

Apostemos pues por la desregularización y más por la confianza plena y creatividad absoluta de nuestros jugadores.

Valores Entrenador Tubaloncesto: Pasión, Alegría, Responsabilidad, Equipo, Detalle

¡1, 2, 3...P.A.R.E.D.!

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